El agua del grifo en Europa es, en general, potable. Pero “potable” no siempre significa “pura”.
Aunque cumple con los estándares sanitarios, puede contener restos de cloro, metales pesados, microplásticos, pesticidas o bacterias.
Filtrar el agua en casa no es una moda: es una forma inteligente de cuidar tu salud, mejorar el sabor del agua y reducir el consumo inútil de plásticos.
Lo que no ves en el agua del grifo
Cloro: el desinfectante necesario... pero no inocuo
El cloro es indispensable para garantizar la potabilidad del agua en nuestras casas. Sin embargo, también altera su sabor y olor, y puede reaccionar con materia orgánica formando subproductos indeseados y perjudiciales para nuestra salud.
Los filtros Stefani de 3 etapas garantizan una reducción de al menos el 96 % del cloro presente en el agua, mejorando notablemente su sabor y su pureza.
Metales pesados: una herencia de las tuberías
Plomo, mercurio o aluminio pueden desprenderse de tuberías antiguas o llegar al agua por contaminación ambiental.
Aunque las cantidades sean pequeñas, con el tiempo estos metales pueden acumularse en el organismo y afectar órganos vitales.
Los filtros Stefani de 3 etapas retienen aproximadamente el 99 % del aluminio, el 97 % del plomo y el 96 % del mercurio, ofreciendo una protección eficaz frente a estos contaminantes invisibles.
Microplásticos: el contaminante del siglo XXI
Estudios recientes detectan microplásticos incluso en el agua del grifo. Son partículas invisibles que provienen del desgaste de tuberías, envases o fibras sintéticas.
El impacto a largo plazo aún se estudia, pero sabemos que no deberían estar ahí.
Los filtros Stefani de 3 etapas retienen eficazmente partículas de 0,5 a 1 µm. El 95 % de los microplásticos presentes en el agua del grifo tienen un tamaño superior a 0,5 µm (fuente: ECHA – Agencia Europea de Productos Químicos), lo que se traduce en una eficacia cercana al 95 % en la reducción de microplásticos.
Bacterias y microorganismos
Aunque el sistema de tratamiento es eficaz, las bacterias pueden reaparecer en el recorrido final del agua, especialmente en zonas rurales o edificios antiguos.
Gracias a la combinación de su filtración cerámica y la acción antiséptica de la plata coloidal, los filtros Stefani son eficaces frente al 99 % de las bacterias y microorganismos potenciales, garantizando un agua segura y fresca en todo momento.
Beneficios de filtrar el agua en casa
1️⃣ Más pureza, más confianza
Un buen sistema de filtración elimina las impurezas que el tratamiento municipal no puede, ofreciendo un agua realmente limpia y segura.
2️⃣ Mejor sabor y olor
Eliminar el cloro y las partículas mejora el gusto del agua y de todas las bebidas que preparas con ella: café, infusiones o sopas.
3️⃣ Sin residuos, sin plásticos
Filtrar el agua en casa reduce drásticamente el consumo de botellas de plástico y su impacto ambiental.
4️⃣ Ahorro a largo plazo
En pocos meses, el coste de un filtro se amortiza frente al gasto de agua embotellada.
¿Por qué elegir un filtro cerámico Stefani?
No todos los filtros son iguales.
Los filtros de cerámica natural de La Stéfani combinan más de 75 años de experiencia con una tecnología de purificación reconocida en más de 45 países.
Desde 1947, perfeccionamos un método simple, natural y científicamente eficaz para ofrecer el agua más pura posible.
Su sistema de tres etapas de filtración logra una pureza excepcional:
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Arcilla microporosa → retiene microplásticos, metales y bacterias.
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Carbón activo de cáscara de coco → elimina cloro, olores y sabores.
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Plata coloidal → impide la proliferación de microorganismos.
Además, la eficacia del sistema se mantiene constante gracias a la renovación periódica del filtro cada seis meses, un mantenimiento sencillo y asequible que asegura un rendimiento estable a lo largo del tiempo.
Sin electricidad, sin instalación y con materiales naturales.
Una solución probada por millones de hogares en todo el mundo, donde la pureza del agua y la confianza en la ciencia van de la mano.
Conclusión: el agua que eliges refleja cómo cuidas de ti
Filtrar el agua del grifo es un gesto cotidiano que cambia mucho más de lo que parece.
Mejor sabor, más salud, menos residuos y una sensación de tranquilidad cada vez que llenas tu vaso.
Porque el agua más pura no es la que parece limpia, sino la que realmente lo es.