¿Notas sabor a arcilla en tu filtro nuevo? Tranquilo, es parte del proceso natural

foto niño bebiendo agua

Si acabas de estrenar tu filtro de agua de cerámica, es posible que hayas notado un ligero sabor a arcilla en el agua. ¡No te preocupes! Es algo completamente normal y forma parte del proceso de adaptación del filtro.

¿Por qué ocurre?

Este sabor característico aparece durante las primeras semanas de uso, mientras el filtro “se cura”. La cerámica, al ser un material poroso y natural, necesita tiempo para absorber el agua y estabilizarse. ¿Recuerdas el sabor del agua en un cántaro de barro? Pues es muy parecido. De hecho, muchos lo encuentran nostálgico y reconfortante.

¿Cómo puedo acelerar el curado?

Si prefieres reducir ese sabor más rápidamente, te compartimos un método sencillo y eficaz:

  1. Sumerge completamente la fuente (tanto el depósito superior como el inferior) en un recipiente grande con agua durante un par de días. Esto permitirá que el agua penetre bien en toda la estructura de la arcilla.

  2. Después de los dos días, deja secar la fuente al aire en un lugar soleado y bien ventilado. Este paso ayuda a sellar los poros de forma natural.

Con este proceso, el sabor a arcilla se reducirá considerablemente.

¿Y si aún así me sigue molestando?

¡Tenemos un par de trucos tradicionales que funcionan de maravilla!

  • Un chorrito de anís del Mono: Sí, como lo lees. Como se hacía con los cántaros de antaño, puedes añadir un dedal de anís diluido en 5 litros de agua al depósito superior. Es completamente inocuo y añadirá un toque increíble al sabor del agua.

  • Hojas de menta fresca: Otra opción es poner unas hojitas de menta en la parte superior del filtro. Conseguirás un agua ligera, refrescante y con un aroma natural delicioso.

Con un poco de paciencia (y quizá un toque de anís o menta), tu filtro se convertirá en una fuente de agua pura, deliciosa y libre de sabores no deseados. ¡Gracias por confiar en lo natural!